17 de junio de 2008

Axiomática Erótico-Estética


AXIOMÁTICA ERÓTICO-ESTÉTICA

Indicaciones Preliminares:

1.-Todo axioma, como en todo sistema y en toda filosofía, es provisional y contingente, sujeto a un perpetuo devenir y a una transformación constante. Existe no como regla inamovible, sino únicamente como señalamiento o demarcación conceptual en pos de un seguimiento temático más o menos ordenado que permita establecer una serie enumerativa de asunciones respecto de los temas implicados, con viras de aumentar la certeza propia respecto de los mismos y de clarificar el intrincado panorama teórico en el que hemos decidido internarnos.

2.-Es necesario un círculo de estudio y de discusión de los problemas para su adecuado funcionamiento. La naturaleza misma de la serie exige una progresión dialógica de corrección y revaloración de estos mismos axiomas de manera necesaria, por medio del enriquecimiento en el enfrentamiento discursivo; la refutación y complementación en la exposición teórica en medio del determinado círculo social al que nos referimos. Es por ello que resulta necesaria su exteriorización, corrección y aportación constante entre los individuos que conformen dicha comunidad.

3.-Si en determinado momento, que quizás podría ser identificado como el final necesario del círculo de estudio y de discusión, las máximas exigencias (es decir, las más difíciles en acuerdo consensuado) de los involucrados han sido saciadas y una vez que hayan sido cumplidos sus fines aclaratorios en lo posible, es decir, una vez que sea notoria la inutilidad de la enumeración y la sistematización para el espíritu reflexivo de los participantes, la Axiomática Erótico-Estética deberá ser borrada de los archivos virtuales existentes. En su estado material (hojas de papel), deberá ser quemada. El olvido nunca es absoluto: es necesaria la desintegración de las certezas parciales en el ámbito literario-filosófico, así como la naturaleza se desintegra a sí misma construyéndose a través de su devenir.



I.- Hay atracción entre individuos de la misma especie con fines procreativos: podemos llamar a eso sexualidad.

a) Existe una conformación corporal y orgánica del individuo que conlleva en su esencia la atracción sexual (estructura del cuerpo, rasgos faciales, estatura, peso, tez, formas femeninas y/o masculinas, etc.): a estos podemos llamarlos caracteres sexuales primarios.

b) Existe una conformación identitaria y del individuo que conlleva de igual manera a la atracción sexual (forma de vestir, de actuar, de hablar, de desenvolverse socialmente, preferencias y gustos, etc.): a estos podemos llamarlos caracteres sexuales secundarios.



II.- Hay insinuación y despliegue de la función de los caracteres sexuales en forma de juego para desembocar siempre en un fin sexual: podemos llamar a eso sensualidad.

a) La sensualidad no siempre se ejerce con viras de un propósito de procreación. El fin último de este tipo de sensualidad es el placer sensorial.

b) En el fondo, el placer sensorial es el artilugio de la sexualidad para consumar la procreación, aunque el individuo no sea conciente de ello.

c) Depende del sujeto, en la medida de la amplitud de su conciencia, del fin último del placer sensorial derivado de la sexualidad: la procreación. Por lo tanto, depende de éste cumplir con su último fin, o elegir sólo el fin parcial.



III.- A la atracción sexual únicamente basada en los caracteres sexuales primarios de un otro podemos llamarla concupiscencia.

a) El individuo, dependiendo de la intensidad de su apetito sexual, siempre responde a un estímulo externo de naturaleza concupiscente. Este estímulo o impulso es siempre automático, inconciente, mecánico, como las funciones corporales básicas necesarias para la vida. Ningún animal (incluido el hombre) está excento de tal impulso primario de atracción: aquí entran en una sola categoría tanto las mentes más simples, como las más complejas. Es lo más cercano que hay al concepto de "igualdad" en la naturaleza.



IV.- Hay atracción entre individuos de la misma especie con fines recreativos encaminados al olvido de las preocupaciones propias, esto es, al entretenimiento: podemos llamar a eso simpatía.

a) La simpatía siempre conlleva siempre bienestar de por medio. El buen humor es su artilugio más frecuente, también la atención dirigida. Transfiere a la persona la cualidad de "agradable".



V.- Hay atracción entre individuos de la misma especie con fines de aprendizaje vital y de autoconocimiento en el otro: podemos llamar a eso empatía.

a) La empatía siempre conlleva identificación de intereses interpersonales compartidos y de afinidades psicológicas o espirituales, mucho más relacionadas con los caracteres sexuales secundarios que con los primarios. Transfiere a la persona la cualidad de “interesante”.



VI.- Hay sexualidad basada, junto con la atracción ejercida por los atractivos corporales, en las características identitarias o de personalidad de un otro: podemos llamar a eso interés sensual. Esta es producto de la fusión de la concupiscencia y de la empatía. Es el punto medio entre la efectividad de los caracteres sexuales primarios y los secundarios para las mentes más complejas.


VII.- Hay sexualidad basada, junto con la atracción ejercida por los atractivos corporales, en el bienestar recreativo generado por el otro: podemos llamar a eso recreación sensual. Esta es producto de la fusión de la concupiscencia y la simpatía. Es el punto medio entre la efectividad de los caracteres sexuales primarios y los secundarios para las mentes más simples, o sea, promedio.


VIII.- La fusión de la empatía y de la simpatía conforma la amistad.

a) No puede haber amistad cuando la concupiscencia está presente. Tal cuestión es imposible de suyo. Lo que hay es sólo una variante de convivencia social: ya recreación sensual, ya interés sensual.

b) La amistad sólo se da cuando la empatía es más fuerte que la simpatía, y no al revés, lo cual resultaría una simple camaradería, cuya naturaleza es mucho más superficial.



IX.- Cuando la concupiscencia, la simpatía y la empatía convergen en un mismo individuo, sobreviene un estado anímico muy particular y poderoso: podemos llamarlo enamoramiento.



X.- Cuando el enamoramiento prescinde de inteligencia emocional para consumar sus muy particulares fines y es incapaz de observar los parámetros prácticos reales u objetivos de la circunstancia (pérdida de perspectiva en proyectos futuros, equipolencia entre pros y contras de la relación en pos de un bienestar compartido), es llamado infatuación.

a) Mayor es la ignorancia respecto de los aspectos negativos del enamorado, mayor es el poder del enamoramiento. Mayor es su conocimiento de las circunstancias reales del mismo (tanto positivas como negativas, pero sobre todo estas últimas), menor es el efecto, y menos poderoso es el enamoramiento.

b) La infatuación es un tipo de idealización, similar a la idealización política o religiosa. Es por tanto, negativa como estado anímico. Es necesaria su superación en pro de salvar la dignidad del individuo.

c) La superación de la infatuación nunca es voluntaria, sino dada por las circunstancias externas, pues estando inmerso en el estado de infatuación se pierden por completo los parámetros del juicio, y no es posible la ejecución del buen razonamiento. Aquí, el individuo queda desarmado, a expensas de la fatalidad.

d) Hay enamoramiento perjudicial y enamoramiento benéfico, el cual se determina por el atentado en contra de la dignidad propia o por su deseable potenciación. Entendemos por diginidad la preservación conciente de aquellos paradigmas éticos y morales que propician en el individuo las formas más depuradas de la libertad humana: el autodominio mediante el conocimiento de sí, y el aprovechamiento del carácter y el talento propio con fines creativos o poiéticos.La infatuación es siempre perjudicial.

e)La superación del enamoramiento perjudicial raras veces es voluntaria, aunque sea menos poderosa que la infatuación. Cuando es voluntaria, es propiciada por la supremacia del intelecto del individuo sobre sus instintos más básicos, o lo que es más o menos lo mismo, el triunfo de la dignidad sobre la concuspisencia (en su estado más grosero), la simpatía, la empatía y sus demás derivados híbridos que ya hemos mencionado.



XI.- La variedad o cualidad de los caracteres sexuales es muy numerosa. No siempre atraen nuestra atención las mismas formas en los cuerpos ni las mismas peculiaridades en las personalidades, es decir, los mismos caracteres sexuales: hay diversidad en las preferencias, desde los rasgos primarios, hasta los secundarios. Hay contingencia y variabilidad en la atracción sensual dentro de un mismo sujeto. No puede haber ciencia aquí, sino sólo un más o menos consensuado sentido del gusto tendiente a la universalización.



XII.- Sin embargo, detrás de tal diversidad subyace siempre cierto esquema previo, el cual llamaremos cierto ideal de belleza, de la cual nunca cruzamos su demarcación. Esta idea sensual es subjetiva, no universal, como ya dijimos, por mucho que tienda a lo general. Está determinada necesariamente por los prejuicios sociales e históricos del sujeto en cuestión, en plena comunión y co-participación con los instintos más básicos de reproducción y las exigencias más apremiantes para la sobrevivencia y la perpetuación de la especie (innatas e inconcientes: genéticas, diríamos hoy) .



XIII.- Este ideal es alterado, mediante el tiempo y la experiencia vital de manera mínima y poco significativa. Permanece en el fondo siempre igual: sólo se construyen sobre de él algunas de sus partes, enriqueciendo así el objeto sexual. Diríamos que no se modifica, sino más bien se depura, se perfecciona, se esclarece.



XIV.- Hay estrategia racional y mesurada en cumplir los fines de la sexualidad: podemos llamar a eso cortejo o flirteo. Es la herramienta por excelencia de la sensualidad, y casi su homólogo.



XV.- A la maestría derivada de la sabiduría obtenida por la reflexión (teoría, ciencia) y el ejercicio (práctica, experiencia) del fenómeno de la sensualidad, pero sobre todo del de la sexualidad en todas sus vertientes y en cualquier ámbito de la vida, podemos llamarle conciencia erótica o erotismo.

a) El erotismo en una conducción racional de la sexualidad, una percatación y degustamiento de nuestra naturaleza inherente más esencial. Representa sólo una guía para el instinto, nunca hay subordinación absoluta. Responde a la autorreflexión de los procesos mecánicos de lo sexual y su mesurada aplicación bajo el influjo de la creatividad, y por ende, figura como un buen uso o aprovechamiento de la misma.

b) El erotismo conlleva siempre conocimiento del cuerpo (propio y de un otro).

c) El erotismo siempre conlleva conocimiento de la personalidad (propia y de un otro).

d) El erotismo conlleva siempre conocimiento de las circunstancias externas que propician la sensualidad en todos los ámbitos sociales y políticos (en uno mismo o en un otro).

e) El erotismo tiende sus lindes con lo artístico, y por ende, con la apreciación estética del mundo.

f) El erotismo enriquece al individuo, no lo degrada. Potencia su dignidad, no la disminuye. Es la forma más perfecta y más lograda de la sexualidad humana, y por tanto, la más deseable para nosotros.

4 comentarios:

David Arsallo dijo...

Comentario previo:

¿No te parece que convendría (en el sentido más filosófico de "convenir" algo) usar un nuevo concepto diferente al de axioma? Como cuestión de estilo -pienso que este texto es en este sentido orgullosamente posmoderno- es elegante y sin duda conceptualmente fructífero usar la palabra "axioma"; pero en mi opinión>>>>(esto es, una mera doxa que comento con "ludicidad" y no con arrogancia)>>>> sería aún más "feliz" conceptualmente hablar de un nuevo tipo de "concepto móvil": la referencia no inamovible y constantemente deviniente, como tú mismo has dicho, una demarcación, una fragmentación en algún sentido (una analítica) y a la vez una sistematización (una sintética).
lo que sugiero pues es quizá la conveniencia del uso de una nueva palabra que sustituya la de "axioma"; al "axioma" le precede una tradición marcadamente matemática y no parece tener la movilidad de lo que propones. Como unas piezas de un juego, los conceptos que están puestos en esta pequeña axiomática, o más bien las redirecciones que das a esa palabra, pueden servir como una especie de apuesta que se arroja sobre la mesa de juego (ponerlas a jugar entre sí, y también ponerlas a jugar con nuestras piezas, las mías y las de los que pertenecen a este blog). sólo que no tenemos porqué jugar con las piezas que ya venían dentro de la cajita (eso ya lo sabrás muy bien, con la buena conciencia que tienes del paso de la filosfía y sus violentísimos desarrollos) siempre podemos usar nuevas piezas (el lenguaje tiene que ser violentado si no queremos que la realidad nos violente a nosotros, y aún más profundamente -como "filósofos"- si no queremos nosotros violentar a las cosas). esas nuevas piezas tienen el carácter de las palabras y de los conceptos; pero esto es sólo una observación que aún no dice nada sobre el >>tema<< de la axiomática y de la fenomenología, si es que es siquiera aún viable hablar de tales cosas dentro del propósito común que ha conformado este lugar de juego. si te parece la sugerencia, sería interesante que trataras de reformular este texto de una manera no axiomática, si quieres narrativa o conceptual o como tú desees, pero de otra manera, una metáfora de tu propio texto (más allá de nuestros prejuicios e "influencias", como si tuvieras que contarlo a un niño). si la sugerencia no te parece, me gustaría saber porqué tendría que usarse la palabra axioma y cuáles son sus alcances según tu propia observación prelominar. aún así, sería muy fructífero para mí que hicieras la reformulación. en fín, en lo que atañe al tema, a la >cosa< de este blog, a lo que ya tocaste en este texto, aún tengo que repensarlo con más detenimiento, por aquí dejaré un comentario. te toca mover

David Arsallo dijo...

era "preliminar" y no prelominar, pinches falibles

Eduardo C. dijo...

pinches clavados.

Ian Karuna dijo...

Convenientemente asertado, compañero Arsallo, pero no del todo: el sentido posmoderno que señalas presente en mi texto sea, quizás, la base de un estilo personal del que apenas estoy tomando conciencia de su naturaleza como tal (que no me sorprendería poseer, por otra parte, tomando en cuenta mi horizonte ventiunesco); y de un lenguaje crítico que, histórica y socialmente, funda sus orígenes en el desfondamiento de todos los desfondamientos: la muerte de Dios (de la "Ratio" moderna y del "Logos" antiguo, padre y madre del axioma como válido ontológicamente) y el juego como "nueva" óptica del trabajo filosófico en la posmodernidad. Sin embargo, de ninguna manera me enorgullece ser posmoderno. Tampoco me repugna del todo: me es necesario serlo por ahora, en algún sentido. Pero esa actitud, desde mi horizonte, deberá ser superada en algún momento. No podemos, hegelianamente, permanecer todo el tiempo en etapas negativas del Espíritu.

Pues sí: el concepto "axioma" tiene una carga histórica muy fuerte en relación con la rigidez de pensamiento. Pero precisamente es donde debe de insertarse allí la habilidad del lector para hacer el salto de lo tradicionalmente impuesto hacia una revaloración categorial de lo dado, que aunque de manera indudable acompañado de la mano del autor, no puede permitir ser arrastrado por prejuicios semánticos que desvirtúen cierto un nivel de comprensión que podría ser provechoso al intérprete. He allí una de las grandes "acrobacias hermenéuticas" que uno debe realizar al leer un texto filosófico, hablando en idioma actual (heideggeriano), y no en élfico antiguo, pues ya muy pocos filósofos por desgracia lo entienden bien, y ya ninguno lo habla.

Esto por una parte. Sí: podríamos leer el texto entero substitutyendo "axioma" por el mote de "concepto móvil" que tú sugieres. Si leíste bien la introducción, de eso se trata: de romper el hielo con el hielo mismo. Pero "axioma" me gusta más fonéticamente, y así ha de quedarse en mi texto.

El desarrollo "no-axiomático" de mi texto, está presente de manera parcial en varios de mis textos sobre el erotismo que he dejado en el blog, aunque no del todo. Si te interesa, te recomiendo que ingreses a mi blog "Eon", pues allí hay varios textos que contienen gérmenes de ideas al respecto. De cualquier manera, seguiré tu consejo, tratando de hacer acercamientos no-teóricos a lo señalado en mi "Axiomática".

Que seas "feliz" (como María Antonia de seguro lo es, jeje)