24 de junio de 2008

mademoiselle

-¿Quieres ver mis entresijos?-me dijo.
Con las manos agarradas a la mesa, me volví hacia ella. Sentada frente a mí, mantenía una pierna levantada y abierta; para mostrar mejor la ranura, estiraba la piel con sus dedos. Los "entresijos" de Edwarda, me miraban, velludos y rosados, llenos de vida como un pulpo repugnante. Dije con voz entrecortada:
-¿Por qué haces eso?
-Ya ves-dijo-, soy DIOS...
-Estoy loco...
-No es verdad; debes mirar: ¡Mira!
Su voz rasposa se suavizó y se hizo casi infantil para decirme lánguidamente, con la sonrisa infinita del abandono:
"¡Cuanto he gozado!".
Madame Edwarda.
G. Bataille.

1 comentario:

Ian Karuna dijo...

Bataille: ese genio maligno que se asoma desde las buhardillas de lo prohibido, con risita mecánica y con ácido en el vientre. Buena foto.